"Lo sacan ahora para tapar lo de Sendic". Una de las frases más leída y escuchada desde el momento en que Búsqueda dio a conocer los gastos con la tarjeta corporativa del Banco República de cuatro directores en el período 2000 – 2005. Luego el exidirector blanco, Pablo García Pintos, reconoció en una entrevista con Informativo Sarandí que retiraba dinero de esa tarjeta para pagar aportes al Partido Nacional y allí el tema explotó.
Tan sorpresivo fue ese reconocimiento que los periodistas quedaron sin palabras. Tan fuerte fue el impacto que inmediatamente algunos integrantes del Partido Nacional salieron públicamente a decir que el partido no sabía que eso había sucedido y que se llamaría urgente al comité de ética para tratar el tema. Y tan grave que revuelve el estómago de cualquiera que se acuerde de que en aquella época, en la que García Pintos admite que usaba el dinero de todos para financiar a su partido político, Uruguay atravesaba la peor crisis económica que se recuerde.
Este nuevo hallazgo del mal uso del dinero público puede distraer de otros temas. De hecho lo hace. Y seguramente esa sea la intención por parte de quienes, en el Frente Amplio, divulgaron ese material a los pocos días del pedido de procesamiento para el ex vicepresidente. Puede sacar por un rato el foco de Raúl Sendic por el caso ANCAP. Pero, realmente, ¿alguien piensa que esto, tenga las consecuencias que tenga, hará olvidar que el expresidente de ANCAP hizo "uso indebido de los dineros públicos", según afirmó el fiscal Luis Pacheco ? ¿Creen que los uruguayos se olvidarán del problemón interno que atravesó el Frente Amplio cuando algunos sectores querían pedirle la renuncia a toda costa y otros se empeñaban en dejar que pasara el tiempo, convencidos de que sería una tormenta pasajera? ¿Que el episodio del exvicepresidente con las tarjetas corporativas llevó a que la ética siempre proclamada por el Frente Amplio cayera en cuestión? Ese es un razonamiento de corto plazo.
En las redes sociales, no necesariamente los dirigentes, pero sí militantes, inclinan la cancha, sea el caso que sea, para el lado que le conviene al partido del que son "hinchas". Cuando se publicó el uso de las tarjetas por parte de Sendic, era una operación para matar al Frente Amplio. Cuando se publica lo del exdirector blanco del BROU es viejo, ya prescribió y tiene como único objetivo matar una futura candidatura de Luis Lacalle Pou. Cuando lo de Sendic, los teléfonos estallaban con mensajes de whatsapp que recordaban que los blancos durante su gobierno hicieron esto y aquello. Cuando lo de García Pintos explotaron con mensajes que recordaban que en el gobierno del FA esto y lo otro. Como si una cosa neutralizara a la otra. Lanzan un mensaje de whatsapp y ¡pum! Nos olvidamos de lo otro. No.
Son hinchas ciegos y sordos de los partidos políticos. Como en un partido de fútbol un hincha no puede ver que el jugador está en offside aunque haya tres cámaras que lo muestren del derecho, del revés y de canto, el hincha del partido político no puede ver que cuando se hace algo mal, cuando se juega con la plata de la gente, está mal. No importa quién, cómo, ni cuándo. Porque aunque sean los blancos, los colorados, los independientes o el FA quienes revelen las pifiadas de sus contrarios, esas pifiadas (o delitos), están mal. Y lo que está mal, está mal.
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