El Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) inició un plan de emergencia y apartó provisoriamente a las autoridades del Centro Tribal, un hogar que presenta ratas, camas y baños insuficientes, y que obliga a los adolescentes a dormir en el suelo y calentar el agua en latones.
En un comunicado en que se detallan las carencias del hogar, conocidas luego de la denuncia que realizó la Institución Nacional de Derechos Humanos (Inddhh) sobre las condiciones en que funciona actualmente el centro, el INAU admite que "su capacidad de atención resultaba (y resulta) insuficiente para la cantidad de niños, niñas y adolescentes derivados por el sistema judicial". Asimismo, confiesa que "los recursos humanos eran (y continúan siendo) insuficientes para la tarea".
Este hogar ofrece atención y contención a niños y jóvenes de entre 8 y 18 años que soliciten amparo en el Poder Judicial, o se encuentren vinculados a proyectos y operadores del INAU, según explica el propio organismo en su sitio web. Pero, además, la función del hogar es ofrecer estadía transitoria, ya que quienes ingresan están a la espera de una resolución judicial definitiva y del estudio primario de su situación.
En ese sentido, no se cumple satisfactoriamente ese objetivo, ya que los internos permanecen en el centro durante un tiempo indeterminado. Según expresó el INAU, "esta situación, en la mayoría de los casos, sucede por no contar con lugar suficiente en los hogares de permanencia del sistema de protección o por la imposibilidad de lograr que las familias de origen resuelvan problemas ligados a vivienda, trabajo, salud mental, violencia, abuso sexual, explotación sexual, consumo problemático, entre otros, que les permitan volver a convivir con sus hijos".
Además, el Centro Tribal se encuentra recibiendo un "progresivo incremento de adolescentes" –hoy cuentan con 51–que en algunos casos "exceden las posibilidades y competencias de respuesta de la institución y que requieren abordajes intersectoriales y, en algunos casos específicos, de otros organismos".
Según el organismo, la denuncia presentada por la Inddhh, luego de una visita realizada el 6 de abril, da cuenta de una problemática que el INAU ya conocía. Algunos de los problemas graves descritos, dice el comunicado, "se estaban tramitando sin la suficiente agilidad en la gestión".
Por otra parte, la institución informó que hay una serie de "medidas de solución estructural" que viene llevando a cabo desde hace al menos dos años, como el "inicio de gestiones para implementación del cierre del Centro Tribal, sustituyéndolo mediante la creación de dos centros nuevos en locales adecuados". Pero para ello, en junio de 2017 se realizaron dos llamados públicos para la presentación de viviendas a ofrecer en alquiler, al que nadie se presentó, y actualmente hay un "proceso de adjudicación" que aún no concluye.
De todos modos, y sin perjuicio del "alejamiento provisorio de la Dirección y de dos funcionarios", se ordenó un "nuevo control de plagas" que ya se había efectuado en febrero en el sótano de la vivienda, pero que hoy "volvió a plantear problemas sanitarios", y la "limpieza y retiro de los residuos del subsuelo".
Se informó además que se arreglará la instalación eléctrica, que se incorporarán camas, artículos de cocina, "utensilios domésticos, recambio y reposición de electrodomésticos", así como también se reparará la estructura sanitaria del hogar que, limita, entre otras cosas, la higienización de los internos.
También se proveerá, según se compromete el INAU, de materiales de estudio "que no pueden faltar".
Esta serie de respuestas, según entienden las autoridades, permitirá "dar solución definitiva a los problemas detectados".
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